Alternativas de movilidad para todos

Juan Pablo Eiroa, director general de Uber méxico Juan Pablo Eiroa, director general de Uber méxico

Cuando alguien me pregunta sobre mi trabajo, me enorgullece recordarle que a lo que me dedico es poderoso:  hoy hago posible lo que hace 15 años era inimaginable. Si bien en ese entonces el internet ya era una fuerza dominante, todavía no lo teníamos en la palma de la mano. El mundo cabía solo en el bolsillo de los más privilegiados.

Hoy la realidad es otra. Según una encuesta de Mitofsky realizada a principios de año, 8 de cada 10 mexicanos cuentan con un teléfono móvil. El mundo ya cabe en el bolsillo de todos.

Con la democratización del acceso a la red, millones de mexicanos ahora tienen acceso a una diversidad de servicios. Pueden ver videos o series, pueden hacer transacciones bancarias, y también pueden utilizar el teléfono para facilitar su  movilidad. La llegada de Uber a México, la compañía que tengo el gusto de dirigir, coincide con este cambio, pues marcamos el inicio de una nueva era en la movilidad. Empezamos en 2013 ofreciendo un solo producto que podía considerarse de lujo, y 12 años después ofrecemos casi 20 opciones diferentes en nuestra aplicación para atender diferentes necesidades y bolsillos.

¿Por qué implementar este cambio? Porque entendimos que la movilidad no solo es un derecho, sino una necesidad. En ciudades como las mexicanas, de distancias largas, la movilidad  juega un papel crucial para que la gente pueda trasladarse a estudiar, trabajar, e incluso divertirse. Sin embargo, y esto no es un secreto para nadie, la efectividad y el acceso a la movilidad varía conforme al ingreso de la persona.

En un estudio de 2023, la CEPAL, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, concluyó que en promedio los mexicanos gastan 71 minutos al día en transportarse de un lugar a otro. En ciudades como nuestra capital, este número puede aumentar significativamente.

Por eso, y como empresa pionera en tecnología, nos hemos dado la tarea de reducir la brecha de acceso a alternativas para la movilidad, y lo estamos haciendo desde  dos frentes. El primero es, por supuesto, reducir las  barreras de acceso a nuestros productos. Hace 12 años solo se podía utilizar Uber si se contaba con una tarjeta de crédito. Hoy los usuarios cuentan con una amplia gama de opciones para pagar un viaje: efectivo, tarjeta bancaria, y, más recientemente, plataformas de pago en línea. Con ello, cualquiera con acceso a internet  tiene acceso a los productos. Así de sencillo.

El segundo frente, igual de importante, es la diversidad  de productos. De nada sirve que la gente tenga acceso a una plataforma de movilidad si el costo del viaje la hace inalcanzable. Con eso en mente, en el último año hemos redoblado nuestro compromiso con la intermediación de opciones de movilidad de bajo costo. Con dos productos, Uber Económico y Uber Moto, los usuarios pueden realizar viajes casi cuatro veces más económicos que en UberX, que durante mucho tiempo fue nuestro producto más amigable con la cartera.

Estos avances no solo se deben al enorme desarrollo tecnológico de la última década, sino también responden a la realidad de nuestro país. La tecnología, al utilizarse  para luchar contra la inequidad, tiene el potencial de transformar aspectos fundamentales de la vida cotidiana, como la manera en que nos movemos. Facilitar el acceso a soluciones de transporte no es una cuestión de buena voluntad, sino una necesidad de ampliar las oportunidades para millones de personas. Cuando la movilidad de calidad deja de ser un lujo y se vuelve cotidiana, ayudamos a una transformación positiva de México.

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