Cuando Adán Augusto López entregó la gubernatura de Tabasco en 2021, el registro oficial contabilizaba 631 personas desaparecidas. Tres años después, al concluir el mandato de Carlos Merino en 2024, la cifra se había triplicado hasta alcanzar 1,894 casos. El primer semestre de 2025 confirma la tendencia: 1,798 nuevos reportes según datos del RNPDNO, lo que evidencia el fracaso de las políticas de seguridad implementadas durante ambos periodos.
Los rostros invisibles de la tragedia
El Instituto Mexicano de Derechos Humanos ha documentado aspectos particularmente preocupantes de esta crisis. Durante 2025 desaparecieron 421 menores de edad, representando un incremento del 372% respecto al año anterior. Entre ellos, el 71% corresponde a niñas y adolescentes mujeres. Municipios como Huimanguillo y Cárdenas muestran aumentos superiores al 1,000%, transformándose en epicentros de esta tragedia humanitaria.

«Tabasco ya no es el paraíso que describen las canciones tradicionales», afirma David Saucedo, analista en seguridad.
«Se ha convertido en un infierno para cientos de familias que buscan desesperadamente a sus seres queridos». Esta realidad se hace visible en las constantes protestas frente a las instalaciones de la Fiscalía estatal, donde colectivos exigen respuestas que nunca llegan.
Las raíces de una crisis sistémica
La persistencia de la crisis obedece a múltiples factores interconectados. La posición geográfica de Tabasco, colindante con zonas de intensa actividad delictiva, lo convirtió en ruta estratégica para el tráfico de drogas y personas. A esto se suma una tasa de impunidad alarmante: apenas el 12% de los casos reportados entre 2019 y 2024 cuenta con investigaciones activas.
Javier Oliva, investigador de la UNAM, enfatiza la necesidad de acciones concretas:
«Resulta indispensable investigar a fondo los posibles vínculos entre exfuncionarios como Hernán Bermúdez y los grupos criminales operantes en la región».
Mientras tanto, las autoridades federales continúan centrando su discurso en la reducción de homicidios, dejando en segundo plano la grave crisis de desapariciones que azota al estado.