El concierto de Shakira en Tijuana se convirtió en escenario de protesta contra la gobernadora Marina del Pilar, quien fue abucheada al ingresar con privilegios al Estadio Caliente. Asistentes le gritaron «¡Haz fila!» y «¡Fuera!», mientras en Mexicali, ciudadanos bloqueaban la carretera exigiendo solución a los cortes de luz.
La mandataria, vestida con una camisa azul y pantalones blancos, llegó con un grupo de acompañantes, lo que retrasó el acceso de otros espectadores. En redes sociales circulan videos donde se escuchan burlas hacia su frecuente asistencia a eventos masivos, en contraste con problemas como la crisis eléctrica en Baja California.
Doble crisis: entre el espectáculo y la protesta
Mientras la gobernadora disfrutaba del show, residentes de Jardines de Progreso cortaron la carretera Mexicali-Tijuana por dos horas. Los manifestantes denunciaron la falta de respuesta gubernamental ante los apagones recurrentes, un problema que contrasta con la imagen de Ávila Olmeda en conciertos de artistas como Julión Álvarez, Gloria Trevi y Yuri.
Sin declaraciones y antecedentes polémicos
Hasta ahora, la gobernadora no ha comentado los abucheos ni las protestas. Su presencia en eventos de entretenimiento ha sido criticada antes, especialmente cuando coinciden con emergencias públicas. El concierto de Shakira, con boletos desde $2,715 pesos, fue el primero de su gira en México, pero el foco terminó en la polémica por la actitud de la funcionaria.
