El asesinato de Charlie Kirk, cofundador de Turning Point USA y aliado cercano de Donald Trump, encendió la alerta en Estados Unidos por el repunte de la violencia política. El activista de 31 años murió el miércoles en la Universidad del Valle de Utah, cuando un francotirador lo atacó durante un evento académico.
Investigación en marcha
Las autoridades recuperaron un rifle que presuntamente usó el atacante y aseguraron contar con “buenas imágenes” del sospechoso, quien aún permanece prófugo. Beau Mason, del Departamento de Seguridad Pública de Utah, explicó que el disparo provino de la azotea de un edificio y que las cámaras captaron a un hombre vestido de negro. Agentes federales, estatales y locales desplegaron redadas en la zona, sin resultados hasta ahora.
Trump señala a la “izquierda radical”
El presidente Donald Trump acusó a la retórica de la “izquierda radical” de haber contribuido al crimen. En un mensaje difundido en Truth Social, calificó a Kirk como “mártir de la verdad” y advirtió que su gobierno perseguirá a quienes alienten este tipo de violencia. Ordenó además que las banderas de los edificios federales ondeen a media asta hasta el domingo.

Reacciones encontradas
Republicanos y demócratas coincidieron en condenar el ataque. El vicepresidente JD Vance pidió “descanso eterno” para Kirk y el senador John Thune lo calificó de “horrorizante”. Desde el otro lado del espectro político, Joe Biden escribió en X que “no hay lugar para este tipo de violencia en el país”, mientras Gavin Newsom lo llamó un acto “vil y repugnante” y Kamala Harris rechazó toda “violencia política”.
Figura clave para el voto joven
Kirk construyó influencia entre los jóvenes a través de Turning Point USA, organización que fundó en 2012. Su capacidad de comunicación y el alcance en plataformas como YouTube e Instagram lo convirtieron en un referente del conservadurismo populista. Analistas atribuyen a su trabajo parte del crecimiento del apoyo juvenil a Trump en las elecciones de 2024.

Contexto de violencia
El asesinato de Kirk se suma a otros hechos recientes de violencia política en el país. En junio, un hombre mató a tiros a una legisladora demócrata en Minnesota y a su esposo. En julio, Trump sobrevivió a un atentado durante la campaña electoral.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, definió el crimen como “un asesinato político” y recordó que en el estado aún existe la pena de muerte.
“Encontraremos al responsable y enfrentará la justicia”, advirtió.