Al menos 400 obras y documentos del Museo del Louvre quedaron dañados tras una inundación provocada por una tubería en mal estado. El incidente tuvo lugar en la biblioteca del Departamento de Antigüedades Egipcias.
Obras dañadas tras la inundación del Louvre
De acuerdo con información difundida por la revista especializada La Tribune de l’Art, cientos de libros, revistas académicas y documentación científica resultaron afectados —la mayoría de ellos de finales del siglo XIX y principios del XX—.
Aunque, según los responsables del museo, los textos dañados no son “obras maestras únicas”, sí constituyen materiales clave para la investigación egiptológica, y su deterioro ha generado alarma entre conservadores y especialistas.
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¿Por qué se inundó el Louvre?
El fallo fue atribuido a una válvula defectuosa en el sistema hidráulico que alimenta la calefacción y ventilación de la biblioteca. De acuerdo con un correo interno del Comité de Higiene, Seguridad y Condiciones de Trabajo (CHSCT), la inundación afectó severamente las obras, empapó la moqueta y dejó los espacios de trabajo inutilizables.
El personal del museo que se encontraba laborando logró cerrar la llave y evitar que el agua alcanzara una caja eléctrica del piso inferior, lo que pudo derivar en un accidente “grave”.
Según un informe publicado por La Tribune de l’Art, la administración del departamento conocía dicha falla. Incluso habían solicitado en repetidas ocasiones financiamiento para reubicar las colecciones y asegurar las instalaciones ante el riesgo de filtraciones.
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Restauración y críticas
Tras el siniestro, las autoridades del Louvre anunciaron que los volúmenes dañados serán secados y restaurados por encuadernadores especializados. Una vez que el proceso concluya, serán devueltos a las estanterías.
No obstante, el incidente ha reavivado las críticas sobre la gestión del patrimonio del museo. La biblioteca del Louvre sigue deteriorada y sus reparaciones están previstas hasta septiembre de 2026. Sin embargo, parte del presupuesto reciente se destinó a remodelar oficinas de la alta dirección.
Además, la inundación ocurre en un contexto en el que el Louvre aún se encuentra bajo escrutinio público por el robo del pasado 19 de octubre, en el que un comando ingresó con un montacargas a la galería de Apolo y sustrajo joyas de la corona francesa.
Aunque todos los involucrados han sido detenidos, las joyas siguen sin aparecer. El próximo miércoles, el Senado francés presentará las conclusiones de la investigación administrativa sobre este caso y los posibles fallos de seguridad en el museo.
