Donald Trump anunció nuevas restricciones al uso de Tylenol, marca comercial del paracetamol, en mujeres embarazadas y recién nacidos. Durante su conferencia, repitió en varias ocasiones que el medicamento “causa autismo”. Esto ha generado una ola de críticas por parte de la comunidad médica, que considera sus declaraciones infundadas y potencialmente riesgosas.
De acuerdo con la Red de Monitoreo del Autismo y las Discapacidades (ADDM), uno de cada 31 niños en Estados Unidos ha sido diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA).
Esta cifra es más alta que la de años anteriores, cuando el promedio era de uno de cada 36. Trump utilizó estos datos para justificar su postura, aunque especialistas señalan que el incremento responde principalmente a una mejor detección y a la ampliación de criterios diagnósticos.
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El mandatario acusó directamente al Tylenol como responsable del incremento en casos de autismo. Además ordenó que las farmacias y centros de venta incluyan etiquetas de advertencia sobre el uso del medicamento. Asimismo, señaló que solo debe ser consumido en episodios de fiebre extrema y bajo estricta supervisión médica.
Durante su discurso, Trump calificó la situación como “una crisis terrible” y sostuvo su criterio de no consumirlo. Esto pese a la oposición de médicos y científicos que defienden el uso del paracetamol como un recurso seguro.
La respuesta de la comunidad médica sobre el Tylenol como improbable causante del autismo
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos respondió de inmediato a las declaraciones. A través de un comunicado la organización reiteró que el paracetamol es seguro durante el embarazo y que suspenderlo sin motivo puede poner en riesgo la salud de la madre y del feto.

Fuente: TYLENOL
Asimismo, el epidemiólogo Eric Ding recordó un estudio realizado en Suecia con 2.4 millones de niños, en colaboración con la Universidad Drexel y el Instituto Karolinska. Los resultados concluyeron que el uso de paracetamol durante el embarazo no aumenta el riesgo de autismo ni de discapacidad intelectual, y que los factores familiares explican las aparentes asociaciones observadas en análisis preliminares.
Con este panorama, expertos temen que la postura del presidente estadounidense genere desinformación y provoque que mujeres embarazadas renuncien a tratamientos necesarios, poniendo en riesgo su salud y la de sus hijos.