La Cooperativa Pascual, dueña de la marca Boing, enfrenta un entorno complicado por el aumento programado del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para 2026, que grava las bebidas con altos contenidos de azúcar y calorías. La empresa con más de 40 años de historia y reconocida por sus jugos vive cambios trascendentales desde 2025, cuando se prohibió la venta de bebidas altas en azúcares en escuelas públicas, perdiendo un nicho importante. Además, el incremento del IEPS, que suma 3.08 pesos por litro para bebidas azucaradas, redefine las estrategias de toda la industria refresquera en México.
Pascual-Boing, con 4,000 empleados y 785 socios cooperativistas, tendrá que pagar 600 millones más en impuestos, un monto no contemplado en su presupuesto, lo cual genera tensiones económicas. En contraste, su principal competidor, Coca-Cola, anunció la pausa temporal en la construcción de tres centros de distribución para enfocar esfuerzos en posicionar su línea Coca-Cola Zero durante la Copa Mundial de la FIFA 2026, donde habrá gran afluencia y visibilidad. Coca-Cola FELMSA también implementará nuevas estrategias de precios, presentaciones y publicidad para enfrentar la demanda cambiante.
NO TE PIERDAS: Gobierno federal contrata a Grupo Minsa con millones mientras campesinos protestan
IEPS: Estrategias y retos para Pascual-Boing
La cooperativa está desarrollando un nuevo producto sin azúcar y sin sellos de advertencia para volver a ingresar al mercado escolar, un nicho que perdió con la prohibición del IEPS. Sin embargo, enfrenta la dificultad de competir contra gigantes con mayor capital y alcance, mientras busca mantener su compromiso con el uso de materias primas naturales y productos de calidad, sin migrar a ingredientes nocivos como jarabes de fructosa.
Pascual-Boing debió posponer una inversión de 900 millones de pesos para una planta estratégica en Tamaulipas, afectando su plan de expansión al mercado estadounidense. En paralelo, moderniza su maquinaria con compras importantes para mantener la calidad y eficiencia. El mercado mexicano de refrescos está dominado por Coca-Cola, Pepsi y Red Cola, con Pascual representando solo el 1.8% del mercado, pero con un enfoque único en calidad y tradición.
Salud pública y políticas fiscales del IEPS
Las autoridades mexicanas aumentan impuestos para disminuir el consumo de bebidas azucaradas, relacionadas con diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas. Estudios muestran que el impuesto tiene efectos en la reducción del consumo y mejora de indicadores de salud dental y peso. La demanda de bebidas con azúcar añadida es sensible al precio, con hogares que pueden reducir la compra si sube el costo.
Presiones contra regulaciones y tácticas de la industria
Organizaciones señalaron que algunas campañas de refresqueras, como Coca-Cola, influyen para suavizar regulaciones sanitarias. Investigaciones revelan que la empresa financió estudios que minimizan riesgos del consumo excesivo de azúcar. También existen denuncias de publicidad dirigida a niños, con pedidos para suspender eventos como la Caravana Navideña Coca-Cola.
Pascual-Boing defiende su estrategia centrada en productos naturales y calidad para competir con grandes corporativos que manejan grandes volúmenes y múltiples marcas. El enfrentamiento es calificado como un escenario de “David contra Goliat” en un mercado valuado en más de 253 mil millones de pesos en 2024.
NO TE PIERDAS: FGR investiga a Raúl Rocha por presunto tráfico de hidrocarburos y armas
Este panorama evidencia los desafíos actuales y futuros para la Cooperativa Pascual-Boing en un mercado con regulaciones sanitarias más estrictas y competidores con mayores recursos. La capacidad de adaptación, innovación y compromiso con la calidad será determinante para mantenerse vigente y competitivo.
