Casas de apuestas y fútbol colombiano: Un análisis del patrocinio dominante

Casas de apuestas y fútbol colombiano: Un análisis del patrocinio dominante Casas de apuestas y fútbol colombiano: Un análisis del patrocinio dominante
El 95% de los equipos de la primera división colombiana portan patrocinios de casas de apuestas. Análisis del impacto económico.

El fútbol profesional colombiano enfrenta una paradoja económica: 19 de los 20 equipos de primera división dependen financieramente de patrocinios de casas de apuestas online. Esta situación, que se consolidó en 2024, genera interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo y sus implicaciones éticas. Mientras ligas como la Premier League eliminan estos patrocinios, Colombia profundiza su relación con un sector que representa el 0.18% del PIB nacional. La División Mayor del Fútbol Colombiano y la FIFA carecen de mecanismos efectivos para regular esta dependencia económica que permea incluso la denominación oficial del torneo: Liga BetPlay.

El vacío regulatorio y la dependencia económica


Los clubes colombianos operan con márgenes financieros limitados que explican esta dependencia. Andrés Charria, abogado deportivo, precisa:

«Los equipos no tienen estadios propios, los ingresos por boletería son reducidos y la distribución de derechos televisivos resulta inequitativa».

BetPlay aporta más de 10 millones de dólares anuales a la liga, sumando presión para mantener estos acuerdos. José Alejandro Sierra, especialista en derecho deportivo, admite que Colombia carece de regulación específica para estos patrocinios:

«Los contratos se rigen por normas publicitarias generales, sin framework específico».

Esta ausencia normativa crea un terreno fértil para prácticas opacas que ya han provocado escándalos en otras ligas.

Los riesgos operativos y casos de manipulación


La temporada 2024 evidenció los riesgos de esta simbiosis. Yinaris García, exentrenadora del Junior de Barranquilla, denunció que siete jugadoras habrían amañado resultados para beneficiar apuestas. Capturas de WhatsApp mostraban acuerdos para cometer penalties intencionales y permitir goles.

Casos similares afectaron a Envigado, Boyacá Chicó y Patriotas. Charria aclara:

«La manipulación ahora es más sutil: no se amañan resultados completos, sino eventos específicos como tiros de esquina o tarjetas en segmentos del partido».

Esta sofisticación dificulta la detección y crea nuevos desafíos para las autoridades deportivas.

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