El Vaticano reunió a más de 1,100 influencers católicos, misioneros digitales,de 146 países en un encuentro histórico. El papa León XIV destacó el papel clave de las redes para llegar a nuevas generaciones. Monjas, sacerdotes y laicos comparten contenido religioso en TikTok, Instagram y Facebook. La iniciativa busca combatir la disminución de feligreses en templos físicos.
Una nueva evangelización para la era digital
La hermana Albertine, con 320,000 seguidores en Instagram, representa este movimiento. Sus videos de oración superan el millón de reproducciones. El evento formó parte del Jubileo de la Juventud 2025.
El padre Giuseppe Fusari, conocido por sus tatuajes y camisas ajustadas, suma 63,000 seguidores. Francesca Parisi, conversa tardía, usa TikTok para hacer atractiva la fe. Ellos, ambos demuestran cómo adaptar el mensaje católico a lenguajes digitales.
El papa advirtió sobre los riesgos de la hiperconexión y noticias falsas. Pidió crear «encuentros auténticos» más allá del contenido viral.
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Historias de éxito en la evangelización digital
Los misioneros digitales emplean formatos innovadores: tours por basílicas, oraciones en vivo y testimonios personales. La hermana Albertine filma desde su abadía francesa con el lema «Te sientes solo y yo propongo que oremos juntos». Parisi usa humor y situaciones cotidianas para hablar de fe. Fusari combina arquitectura sacra con prédicas modernas.
El Vaticano capacitó a los participantes en storytelling y herramientas digitales. Insistieron en mantener la esencia doctrinal sin caer en simplificaciones. La meta es llegar especialmente a jóvenes desconectados de instituciones tradicionales.
Cifras clave del movimiento:
- 1,100 influencers de 146 países
- 75% menores de 35 años
- Contenido en 28 idiomas
- +500 millones de impresiones mensuales
- 3 de cada 10 seguidores son no creyentes
Mientras crece este ejército, de misioneros digitales , el Vaticano enfatiza equilibrar innovación y tradición. El reto: humanizar la fe en plataformas dominadas por el engagement. Esta estrategia podría redefinir la evangelización del siglo XXI.
