El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) elabora una guía para el cuidado del patrimonio documental del país. La titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, Thalía Velasco Castelán, anunció la creación de este documento.
El proyecto se desarrolla en colaboración con el Archivo General de la Nación (AGN) y se dio a conocer el 18 de diciembre del 2025. La iniciativa surge desde el INAH para alcanzar a archivos y bibliotecas en todo México. El robo de acervos documentales, según la coordinadora, presenta una problemática «un poco invisibilizada» en el país.
El INAH mencionó que hasta ahora no existe una dimensión clara del número de este tipo de hurtos. La guía busca ser una herramienta para que los responsables de los archivos puedan prevenir y denunciar estos actos de manera efectiva.
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Equipo y destinatarios de la guía
La guía para el cuidado del patrimonio documental fue elaborada por la CNCPC del INAH. El documento se enfoca en estrategias de protección y registro para el patrimonio documental.
Esta guía tiene como objetivo principal fomentar el cuidado preventivo de los archivos históricos. Thalía Velasco Castelán señaló que el documento está dirigido a archivistas, bibliotecarios y personal de centros de documentación.
La capacitación para estos grupos es fundamental, ya que son quienes manipulan los archivos diariamente. El INAH mencionó que la guía también tiene por objetivo enseñar medidas de manipulación, resguardo y atención a usuarios.
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Agregó que el trabajo en conjunto con el AGN busca estandarizar estas prácticas a nivel nacional. Para su construcción se tomó de base la Estrategia Nacional de Conservación de Bienes Culturales Muebles y de los Asociados a Inmuebles
Paleontológicos, Arqueológicos e Históricos del INAH.
¿Qué establece la Estrategia Nacional de Conservación?
La Estrategia Nacional de Conservación del INAH se enfoca en tres pilares: investigación, educación y divulgación. Su objetivo es preservar el patrimonio cultural mediante un enfoque integral.
La guía para el patrimonio documental se alinea directamente con esta estrategia. Las acciones preventivas evitan que los objetos lleguen a un estado de deterioro avanzado. Las líneas de acción son:
- Investigación para la conservación.
- Educación dirigida a comunidades y profesionales.
- Divulgación para generar valoración social.
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El trabajo se extiende a la formación de archivistas, bibliotecarios y fototecarios, ya que son ellos quienes manipulan los archivos diariamente y requieren conocer medidas de manipulación y resguardo. Este eje es considerado fundamental por la institución.
Desinformación y participación ciudadana
La CNCPC identifica como un reto la falta de participación ciudadana para cuidar el patrimonio. Según la coordinación, algunas comunidades muestran recelo hacia las instituciones o no valoran los bienes culturales que poseen.
Si una comunidad no reconoce la importancia de un bien, no se compromete con su conservación. El INAH mencionó que concientizar a los grupos sociales sobre su riqueza cultural es vital.
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Por lo tanto, la estrategia incluye trabajar con jóvenes y niños sobre patrimonio documental. Se busca ganar la confianza de las comunidades y escuchar sus necesidades. El objetivo es sumar más manos y ojos a las tareas de registro y protección.
Robos y descuidos recientes
En este sentido, el INAH, identificó como problemática principal la ausencia de inventarios y registros catalogados agrava el problema de los robos. Sin una fotografía o las características detalladas de un documento, es muy difícil levantar una denuncia formal.
Esta falta de control facilita la sustracción de materiales y dificulta su recuperación. La guía del INAH establece que los inventarios son una línea estratégica de trabajo.
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Los proyectos de conservación, como el realizado con el Códice Tlatelolco, muestran el valor del trabajo especializado. Este códice en amate recibió un premio INAH por su intervención.
Los restauradores también trabajan in situ en sitios como Tulum o en manifestaciones rupestres. Las acciones preventivas evitan que los objetos lleguen a un estado de deterioro avanzado.
La creación de esta guía representa un paso institucional para visibilizar y combatir un problema que carecía de atención sistemática. La colaboración entre el INAH y el AGN pretende generar un protocolo accesible para los custodios directos de la memoria documental.
El éxito de la iniciativa dependerá de su diseminación efectiva y la capacitación continua del personal en todo el territorio. Este esfuerzo se enmarca en la necesidad de ampliar la protección del patrimonio mediante la suma de distintos grupos sociales.