La Global Sumud Flotilla, una iniciativa internacional conformada por más de 40 embarcaciones y alrededor de 500 activistas de 44 países, fue interceptada por la marina israelí el 1 de octubre de 2025 mientras se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria. La operación tuvo lugar en aguas internacionales del Mar Mediterráneo, a unas 70 millas náuticas de la costa de Gaza. El objetivo de la flotilla era desafiar el bloqueo naval impuesto por Israel desde 2007 y entregar asistencia directa a la población palestina.

Contexto de la misión
La Flotilla Global Sumud fue organizada por la Freedom Flotilla Coalition, el Global Movement to Gaza, la Maghreb Sumud Flotilla y Sumud Nusantara. Su nombre, «Sumud«, proviene del árabe y significa «perseverancia», reflejando la determinación de los participantes por romper el cerco humanitario impuesto a Gaza. La flotilla comenzó su travesía a finales de agosto de 2025, con embarcaciones partiendo desde puertos en Italia, España, Túnez y Grecia. A lo largo de su ruta, enfrentaron múltiples desafíos, incluyendo ataques con drones y amenazas de interceptación por parte de las fuerzas israelíes.

Interceptación por parte de Israel
El 1 de octubre, la marina israelí abordó 39 de las 40 embarcaciones de la flotilla, deteniendo a los activistas a bordo. Entre los detenidos se encontraban figuras prominentes como la activista climática sueca Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y parlamentarios europeos. Israel calificó la misión de «provocación» y justificó la intervención alegando que las embarcaciones intentaban ingresar a una zona de combate. Los activistas, por su parte, denunciaron el uso de cañones de agua y tácticas agresivas durante la operación.

Reacciones internacionales
La interceptación de la flotilla generó una ola de condenas a nivel mundial. Gobiernos de países como España, Italia, Turquía, Brasil y Colombia expresaron su preocupación y exigieron la liberación de los activistas detenidos. En Sudáfrica, el presidente Cyril Ramaphosa instó a Israel a liberar a los activistas, incluyendo a Nkosi Zwelivelile «Mandla» Mandela, nieto de Nelson Mandela. Además, se registraron protestas en ciudades como Roma, Buenos Aires, Berlín y Atenas, donde miles de personas se manifestaron en solidaridad con los detenidos.



Situación de los activistas mexicanos
Entre los activistas detenidos se encontraban siete ciudadanos mexicanos, cuyas identidades han sido confirmadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). La cancillería mexicana ha mantenido comunicación con las autoridades israelíes y ha solicitado garantías para la seguridad y el retorno seguro de sus connacionales. Los mexicanos detenidos son:
- Arlin Gabriela Medrano Guzmán: Politóloga y activista en temas de justicia social.
- Ernesto Ledesma Arronte: Periodista y director de Rompeviento TV, con una larga trayectoria en derechos humanos.
- Carlos Pérez Osorio: Director y productor de documentales, fundador de la productora Scopio.
- Sol González Eguía: Psicóloga social y psicoterapeuta Gestalt.
- Laura Alejandra Vélez Ruiz Gaitán: Ingeniera biomédica, con experiencia en proyectos humanitarios.
- Miriam Moreno Sánchez: Estudiante de maestría en Geociencias en la Universidad de Edimburgo.
- Diego Vázquez Galindo: Artista escénico y director.

La SRE ha emitido un comunicado exigiendo el respeto a los derechos humanos de los detenidos y su liberación inmediata. Además, ha solicitado la intervención de organismos internacionales para garantizar la protección de los activistas.

Perspectivas futuras
A pesar de la interceptación, los organizadores de la Flotilla Global Sumud han reiterado su compromiso con la causa y han anunciado planes para futuras misiones hacia Gaza. Han instado a la comunidad internacional a intensificar los esfuerzos para romper el bloqueo y permitir la entrada de ayuda humanitaria a la región. Mientras tanto, los gobiernos de los países cuyos ciudadanos fueron detenidos continúan trabajando en conjunto para asegurar su liberación y regreso seguro.
La interceptación de la Flotilla Global Sumud subraya la creciente tensión en la región y la determinación de la sociedad civil internacional por abordar la crisis humanitaria en Gaza. Este incidente ha puesto de manifiesto la necesidad de una solución política y humanitaria urgente para aliviar el sufrimiento de la población palestina.