Jimmy Kimmel se prepara para regresar a la televisión con su programa nocturno en ABC, después de una suspensión que se extendió durante seis días. El caso se convirtió en un símbolo de la tensión política en Estados Unidos y abrió un debate sobre el papel de los medios frente a la censura gubernamental.
La postura de Disney y la presión de la FCC
El episodio comenzó con un monólogo en el que Kimmel vinculó al asesino de Charlie Kirk con el movimiento MAGA, principal base política de Donald Trump. Sus comentarios provocaron reacciones inmediatas. Brendan Carr, de la Comisión Federal de Comunicaciones, amenazó con sancionar a las filiales de ABC si el programa continuaba al aire.
Ante el riesgo de que la controversia escalara, Disney decidió interrumpir la producción. En su comunicado explicó que buscaba evitar un clima de mayor polarización y reconoció que algunos de los comentarios del presentador resultaron insensibles. La empresa sostuvo reuniones privadas con Kimmel y, tras varios días de análisis, resolvió que el programa volvería a emitirse.
Celebridades y políticos se pronuncian
La suspensión provocó un choque de narrativas. Donald Trump celebró la medida durante el funeral de Kirk, donde incluso atacó a la “izquierda radical” y pidió la salida de otros conductores nocturnos. Sus palabras generaron críticas, ya que convirtió una ceremonia fúnebre en un acto político, según opiniones de la ciudadanía.
En contraste, figuras de Hollywood cerraron filas con Kimmel. Una carta de la Unión Americana de Libertades Civiles, firmada por más de 400 artistas como Robert De Niro, Jennifer Aniston y Pedro Pascal, denunció que Disney había cedido a la presión del gobierno y pidió garantizar el derecho a la libre expresión.
Organizaciones civiles también exigieron que los medios resistan los intentos de control por parte de la administración republicana.
Un regreso con obstáculos
Aunque el anuncio del regreso de Jimmy Kimmel Live! fue recibido como una victoria para la libertad de expresión, no todas las cadenas afiliadas transmitirán la emisión. Sinclair confirmó que reemplazará el programa con noticieros, mientras Nexstar aún no anuncia su decisión.
La expectativa se centra ahora en lo que Kimmel dirá en su regreso. Aunque no ha emitido declaraciones públicas, se espera que su monólogo de esta noche aborde directamente la controversia. El caso colocó al presentador en el centro de un debate nacional que trasciende la televisión y refleja la batalla por el control del discurso público en Estados Unidos.
