Petróleos Mexicanos (Pemex) atraviesa una situación financiera complicada por la acumulación de deudas con empresas proveedoras, sobresaliendo el caso de Grupo Carso de Carlos Slim, al que debe más de 700 millones de dólares. Esta cifra responde principalmente a servicios de perforación y contratos integrales realizados en el sector energético, algunos de los cuales tienen retrasos de pago de hasta dos años.
¿Cuál es la magnitud de la deuda y por qué Pemex tiene una deuda con Carlos Slim?
El monto pendiente de pago a Grupo Carso representa aproximadamente una tercera parte de la cartera total de la compañía de Carlos Slim ligada a Pemex. Los adeudos comenzaron a acumularse desde hace aproximadamente año y medio, llegando en algunos casos a retrasos de hasta dos años.
También, una parte relevante de la deuda aún fue reconocida oficialmente por Pemex, lo que dificulta las negociaciones y el cobro inmediato. Esta problemática se enmarca dentro de una crisis de liquidez mayor de la petrolera mexicana, que presenta deudas globales con proveedores por más de 20,000 millones de dólares en 2025.
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Impactos en la cadena de suministro
La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros advirtió que la falta de pagos por parte de Pemex podría provocar suspensiones de operaciones por parte de diversas compañías del sector, afectando la producción nacional e incrementando riesgos de paros técnicos.
El retraso no solo afecta a grandes empresas como Grupo Carso. Según asociaciones empresariales, pequeñas y medianas compañías proveedoras en estados clave para la industria petrolera, como Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, también enfrentan dificultades de liquidez por los pagos atrasados de Pemex.
Estrategias para resolver la deuda de Pemex con Carlos Slim
- El Gobierno Federal anunció la emisión de bonos por hasta 10,000 millones de dólares con el objetivo de aliviar la presión financiera de Pemex y cubrir adeudos críticos con proveedores.
- Grupo Carso aún mantiene interés en continuar colaborando con Pemex, sobre todo mediante contratos mixtos que implican mayores garantías de pago y podrían asegurar futuros desembolsos por parte de la petrolera. No obstante, la persistencia del problema de reconocimiento formal de la deuda complica el cierre de nuevos proyectos.
- Analistas advierten que, aunque la inyección de recursos puede mejorar temporalmente la situación, los desafíos técnicos y financieros persisten en los proyectos petroleros conjuntos y limitan el impacto positivo inmediato para Carso y otros proveedores relevantes.
La millonaria deuda representa un desafío que va más allá de la relación Pemex–Carso: evidencia los problemas estructurales en la administración de pagos del sector energético mexicano, la dependencia de la iniciativa privada para proyectos estratégicos y la urgencia de encontrar mecanismos sostenibles para evitar disrupciones en la producción nacional.
Mientras tanto, el interés de Grupo Carso y otros actores en seguir invirtiendo en proyectos petroleros dependerá de la capacidad de Pemex para saldar compromisos y mejorar la certidumbre financiera de sus asociaciones.