Barcelona disminuirá sus terminales de cruceros de siete a cinco para 2030, según el nuevo protocolo firmado entre el Ayuntamiento y el Puerto. La medida busca optimizar operaciones, aunque no garantiza reducir los 3.65 millones de pasajeros anuales que marcaron récord en 2023. El plan estratégico contempla remodelar infraestructuras y redistribuir capacidades sin afectar el volumen turístico total.
Reorganización portuaria en Barcelona
El acuerdo establece:
- Demolición de terminales A, B y C para crear una única estructura (7,000 pasajeros de capacidad)
- Cierre progresivo: terminal Sur en 2026, terminales A y B en 2028
- Nueva terminal G de Royal Caribbean operativa en 2027
- Límite de 31,000 pasajeros simultáneos (6,000 menos que antes)
Estos cambios no impedirán superar los actuales récords de visitantes, ya que rara vez se ocupa el 100% de la capacidad simultánea.

Contexto y controversias
Desde 2018, cuando se recibían 2.6 millones de cruceristas, el debate sobre saturación turística impulsó medidas. La actual administración mantiene que la reorganización mejorará la experiencia urbana sin dañar la economía portuaria. Críticos argumentan que se necesita una reducción real de barcos, no solo de infraestructuras.