La economía de China alcanzará un tamaño superior a los 140 billones de yuanes (aproximadamente 19.5 billones de dólares) en 2025, de acuerdo con Zheng Shanjie, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. El anuncio se da en medio de una prolongada guerra comercial con Estados Unidos y de presiones deflacionarias internas, mientras el país se prepara para el cierre de su actual plan quinquenal (2021-2025).
Durante una conferencia de prensa, Zheng reconoció que los desafíos enfrentados durante este 14.º plan quinquenal fueron mayores a lo previsto; sin embargo, afirmó que los resultados obtenidos superaron las expectativas, especialmente en rubros clave como el desarrollo económico, innovación tecnológica, transformación ecológica y la mejora de las condiciones de vida de la población.
Pese a no haber establecido una meta fija de crecimiento del PIB para el periodo 2021-2025, el gobierno chino ha mantenido objetivos anuales, y para 2025 proyecta un crecimiento cercano al 5 por ciento. De acuerdo con cifras oficiales, la economía china ha registrado un crecimiento medio anual del 5.4 por ciento entre 2021 y 2024, a pesar del impacto de la pandemia de COVID-19.
Economía en China consolidará sector manufacturero
Zheng destacó que China ha logrado consolidar el sector manufacturero más grande y completo del mundo, fortaleciendo sus cadenas industriales y de suministro. Además, afirmó que las restricciones tecnológicas impuestas por el extranjero solo han impulsado la autosuficiencia y capacidad de innovación del país.
Aunque aún no se han revelado detalles sobre el 15.º Plan Quinquenal, que definirá la hoja de ruta hasta 2030, el gobierno chino se encuentra en la fase de recopilación de propuestas. En este contexto, varios asesores del gobierno han instado a priorizar el mercado interno como motor del crecimiento económico ante la persistencia de tensiones internacionales y la desaceleración de la demanda externa.
El próximo plan buscará reforzar la resiliencia económica de China, con una visión centrada en la innovación tecnológica y el fortalecimiento del consumo doméstico, pilares que se consideran clave para enfrentar los desafíos globales y garantizar la estabilidad económica a largo plazo.